domingo, 7 de febrero de 2010

Sufrimiento de un pueblo, fanatismo de un hombre

ESPECIAL SOBRE AUSCHWITZ-BIRKENAU

Situado en territorio Polaco, el trístemente famoso campo de concentración de Auschwitz.


En este lugar se produjo una de las mayores masacres que la historia ha conocido, y sin lugar a dudas, la que más impacto ha causado en Occidente. La ideología nacional-socialista iba ganando adeptos en una Alemania lacerada y humillada por Europa tras la Primera Guerra Mundial y el Tratado de Versalles.

Habiéndoles vetado de toda posibilidad de expansión, los germanos sentían que su país era el hazmerreír del continente. En esos tiempos, el pueblo necesitaba recobrar el carácter firme, una estable producción primaria y desarrollar aún más la industria. En ese momento, el nacional-socialismo, era la salvación que todos atisbaban. ¿Qué mejor que un gobierno autoritario, que reivindicase al país y al orgullo patriótico, un gobierno práctico que quisiese que Alemania renaciese de las cenizas con gran presteza, cual ave Fénix?


Fue entonces cuando aparecieron personajes del calibre de Adolf Hitler. Un hombre que jamás había destacado en nada de lo emprendido, pero que de todos es sabido, poseía una increíble elocuencia y don del habla. El portavoz perfecto para el gobierno perfecto. En pocos años, Hitler fue subiendo peldaños hasta llegar a hacerse con el mando del partido nacional-socialista (nazi), digamos que se desquitó de sus anteriores fracasos o sinsabores creando ese férreo baluarte germánico, que era su partido.

Hitler supo como nadie hacer florecer a la nación, siguiendo ideales antimasónicos y antisemitas, dando a conocer que éstos eran la lacra, la decadencia de los pueblos. Proclamaba la total superioridad de la raza aria; pretendía una autarquía total en su Estado, como bien solían desear todos los gobiernos de ese tipo. Pero la cosa no quedaba ahí, el fanatismo nazi llegaba al extremo de ensoñaciones tales como el control total del mundo conocido, siendo Alemania el núcleo.


Pronto comenzaron sus ofensivas bélicas que devastaron Polonia en el año 1939; la capital, Varsovia, quedó hecha añicos, y la visita de los alemanes dejó bien claro a los detractores del nacional-socialismo, a lo que se atenían.


Los ataques del ejército alemán eran fulminantes, tanto es así que apareció el término 'Blitzkrieg' - guerra relámpago - dada la velocidad a la que sucumbían sus objetivos. Surgieron conflictos con la vecina y totipotente URSS. Stalin veía al gobierno y ante todo al ejército alemán como una amenaza para la supervivencia de su nación. Tanto empeoraron las cosas que los alemanes decidieron atacar finalmente, sabiendo que la guerra iba a ser dura. Rusia contaba con la ventaja de la extensión territorial para desgastar a los alemanes.

Una vez éstos, en una demostración de poderío sin antecedentes, llegaron a las puertas de Stalingrado, cerca del cáucaso, se libro una cruda batalla en la que los alemanes conocieron la derrota.


A partir de ahí, llegó el declive. Los intentos de posesión de las Islas Británicas no acabaron del todo bien; la RAF (Royal Air Force) sabía como derribar a los temidos Stuka bombarderos alemanes. En cielo inglés se libró una de las mayores contiendas aéreas de la historia. Pese a los intentos diplomáticos de Alemania para con Inglaterra, no hubo acuerdo. El desembarco de Normandía, la mayor operación anfibia de la historia, supuso un jaque al ejército alemán por el frente del este. Pearl Harbor fue bombardeado por los japoneses en diciembre de 1941, lo que no hizo más que enfurecer a los estadounidenses, con lo que todo el apoyo alemán - japoneses e italianos - se veía amenazado.
Italia por suparte fue un aliado muy deficiente para Alemania. En el libro 'El ocaso de los dioses nazis' de Ramón Garriga, se expone algo así como el carácter latino despreocupado como la némesis culpable de la ineficiencia del ejército italiano. Alemania fue perdiendo posesiones por los cuatro puntos cardinales. Rommel, el genial coronel que comandaba en el norte de África, no fue menos.

Finalmente en 1945, con apoyo americano inclusive, Berlín fue tomada por sus cuatro costados, y profusamente bombardeada. Hitler, en su búnker, se suicidó, poniendo fin a una de las etapas más oscuras de la historia moderna. Cabe destacar que en verano de ese año, Estados Unidos lanzó las bombas atómicas 'Little Boy' y ' Fatman' sobre Hiroshima y Nagasaki respectivamente, quedando el mundo atónito ante el poder destructivo de semejantes armas. Ahí concluyó la horrenda Segunda Guerra Mundial, con la rendición de Japón ante el bando de los aliados. Tras de sí dejó un daño difícilmente reparable y que perduraría durante décadas, incluso a dia de hoy sigue remanente.

Pero tras esta especie de prólogo, trataré el tema de Auschwitz.
Si bien Hitler se enfocó más en el terreno militar, fue su camarada Himmler el que llevó el culto a la raza aria y la xenofobia a su máximo exponente. Se crearon campos de concentración por toda centroeuropa a los que eran conducidos los 'errores de la naturaleza'; gente con discapacidad, ancianos 'no útiles para la sociedad', y ante todo, judíos.

Seis millones de almas fueron segadas durante el mandato nazi en esos campos, y Auschwitz-Birkenau constituye la piedra angular de todos ellos. A la entrada del campo aparece esa inscripción: ''Arbeit macht frei'', ''el trabajo hace libre''.

Y es en el lugar, donde cientos de miles de personas fueron totalmente engañadas. Trabajar para el mantenimiento del campo no les haría libres. Ataviados con los ya famosos pijamas de rayas, los adultos cumplian extenuantes horarios y recibían una ración de alimento irrisoria, que en pocos días les dejaba raquíticos.


Muchos niños y ancianos eran llevados en masa a las duchas, gran parte nada más llegar al campo de concentración. Esas duchas no eran más que una trampa letal. Cuando se hallaban dentro, se abrían los respiraderos por donde penetraba a la sala un gas neurotóxico; el Zyklon-B, que provocaba síntomas graves y dispares, desde la relajación de los esfínteres hasta la paralización del diafragma, sobreviniendo la asfixia tras un sufrimiento indescriptible.

Una vez el silencio y la muerte reinaban en la habitación, entraban los 'Sonderkommando', quienes limpiaban los cadáveres de cualquier posesión de valor, y posteriormente trasladaban a los crematorios, donde eran incinerados. Muchos Sonderkommando probablemente manipulasen cuerpos de conocidos o incluso familiares.

Es increíble la manera tan cruel en que estas actividades fueron realizadas, es indignante el modo en que el fanatismo nacionalsocialista exterminó de esa manera a millones de personas. Una historia que parece ficción de lo dantesco de su esencia, pero tan real como el enclave en que sucedió. Auschwitz, si bien es el núcleo de la pesadilla, es un lugar que no debe quedar en el olvido, para que acontecimientos como esos, queden grabados en las mentes de jóvenes y ancianos. Para que algo así de infernal, jamás vuelva a suceder.


De todo esto, mucho se ha escrito y filmado. Si queréis empaparos del tema, puedo recomendaros encarecidamente dos películas, y un libro. 'La vida es bella' y 'La zona gris' retratan de manera casi opuesta lo acontecido en campos de concentración. En la primera priman la alegría y las ganas de vivir, dentro de un contexto trágico. La segunda, una película austera y silenciosa, con varios protagonistas. El libro; 'El ocaso de los dioses nazis', una fenomenal crónica del surgimiento, evolución y decadencia del III Reich alemán, por Ramón Garriga, periodista español que vivió en Berlín durante la II Guerra Mundial.

Espero que hayáis aprendido con este post, y ante todo, que os hayáis concienciado del daño que puede causar el seguimiento de una idea sin pies ni cabeza, puesto que la xenofobia y cualquier tipo de exclusión fortuita y sin fundamentos, es una lacra en esta sociedad. La lacra de la ignorancia y de la cobardía, puesto que la extrema postura que tomó el régimen nacional-socialista solo puede responder a una intransigencia cobarde, incapaz de aceptar la multiculturalidad, cegados por la baja estima que tenían del país que otrotra fue potencia.

No obstante, Alemania supo resurgir como pocos pueblos de las calamidades de la guerra, y ahora brilla con luz propia. Polonia, una de las mayores víctimas de esa guerra, hace lo mismo. Tuve el honor de conocer a una polaca, y os puedo decir que se trata de una bellísima persona, con amor por la vida y un balance exquisito de valores formales y ganas de vivir. Polonia representa un pueblo tímido en su exterior, pero con un potencial de maravillas a ofrecer, que el día que se den a conocer, el mundo entero sucumbirá a sus encantos. No dudaré en dar a conocer más de este bellísimo país, pero supongo que el comienzo es el comienzo, y Auschwitz es un punto de partida que nos hace comprender mucho sobre el carácter de esta espléndida gente.

Pensé en incluir una parte del epílogo de Ramón Garriga en su libro, pero me parece infracción de los derechos de autor por un lado, y en este contexto, algo así como apología de la persona de Adolf Hitler - no tanto por lo que se diga sino por cuanto se centra el texto en él - y es mi última intención.

· · ·

Gracias por leer.

3 comentarios:

  1. Manu te recomiendo ver la pelicula Napola de Dennis Gansel, te gustará....

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  2. Me ha gustado mucho el post ^^, muy bien redactado y facil de entender (los tontos te lo agradecemos x3).
    Siempre me ha gustado esta parte de la historia moderna ^^
    mañana seguire leyendo, que tienes cosas muy interesantes por aqui

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  3. Muchísimas gracias, se aprecia tela...que el mundo de los blogs es muy poco agradecido normalmente.
    ^^ Encantado de que pases por aquí.

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